Además del factor estético, la otoplastia también puede realizarse por motivos reconstructivos, debido a la falta completa o parcial por un trauma o a un defecto en la formación de las orejas. En estos casos suele usarse de las costillas para modelar la forma correcta.
Sin duda, las conocidas como “orejas de soplillo” u “orejas en asa” son el motivo más común para recurrir a la otoplastia. En esta intervención se acercan las orejas al cráneo o se elimina el exceso de concha, la zona cóncava que va desde el pabellón hasta el conducto auditivo externo, o se remodela la falta de la parte de la oreja delantihélix.
Esta cirugía se suele llevar a cabo a partir de los 5 años de edad en adelante, y tanto en hombres como en mujeres. Dentro de las operaciones estéticas es más frecuente en los varones, ya que las mujeres suelen acudir en mayor medida a otro tipo de intervenciones como las de pecho, liposucción o lipoescultura, ya que al poder llevar el pelo largo existe un gran número de mujeres que a pesar de tener las orejas en asa optan por no operarse y simplemente ocultarlas bajo el cabello.
En el caso de las reconstrucciones, se trata de una intervención más compleja y que requiere anestesia general, la modificación estética puede realizarse con anestesia local o sedación, dependerá del caso y de la edad, ya que si el paciente es un menor puede utilizarse la sedación completa para evitar complicaciones para el trabajo del cirujano.
Técnicas quirúrgicas en la otoplastia
La mayoría de técnicas quirúrgicas que se utilizan para la otoplastia se basan en retirar la piel de la parte trasera de la oreja y moldear el cartílago. Para ello pueden usarse puntos permanentes o no puntos permanentes. La operación suele conllevar entre hora y hora y media de quirófano y la recuperación de los tejidos es rápida aunque se necesita usar una protección que cubra la zona por uno o dos meses.