Acabar con el complejo
Kimi es una joven, como tantas otras, que tenía complejo con su cuerpo. Asegura que en su adolescencia fue víctima de muchas burlas debido al poco pecho que tenía. A medida que su cuerpo se transformaba notaba que sus pechos no crecían, por lo que el complejo iba en aumento. Cuenta Kimi, que fue cuando comenzó a trabajar cuando se planteó qué hacer y la posibilidad de operarse. “Fue un punto de mi vida que dije, hasta aquí, no puedo seguir con estas inseguridades, y no puedo seguir sintiéndome mal conmigo misma, ni si quiera podía ir a la playa”. Kimi recuerda lo mal que se sentía al ponerse un vestido y ver que no le quedaba como ella deseaba, asegura también que sus propias camisetas, veía como les sentaban mejor a sus amigas que a ella, y se preguntaba por qué ella no.
En este momento es cuando Kimi comienza a informarse sobre las operaciones de pecho, las clínicas que las realizaban, el post operatorio y un largo etcétera de preocupaciones que pasaban por su cabeza. Entre tanta búsqueda por internet un día lo encontró: COSMÉDICA. Tenía muchos miedos en cuanto al proceso, pero “encontré Cosmédica, los comentarios de la clínica eran muy buenos y los precios razonables”.
Primera visita
En su primera visita a la clínica estuvo acompañada por su madre, que fue quien la apoyó en todo momento, porque ella confiesa que estaba aterrorizada. Afirma que con tan sólo abrir la puerta de la clínica y que le sonrieran se relajó. “El cirujano no tuvo ningún problema en darme toda la información sobre cómo iba a ser, las prótesis que usaban, lo mejor que podía sentarme a mí… me lo decía todo tan claro que me sentía muy a gusto, no tenía la sensación de que me estuvieran vendiendo algo que tuviera que comprar, sino que en Cosmédica son sinceros desde el primer momento. Me explicaron muchas cosas que yo no sabía y además, lo hicieron de una manera muy humana”.
Kimi decidió dar el paso y acabar con sus complejos. Explica que no sólo recibió un buen trato por parte de la clínica en el preoperatorio, sino que una vez y terminó todo el proceso seguían teniendo un tratamiento muy cercano, “el hecho de que se preocuparan por mí me hizo sentir muy bien, y aún hoy sigo viniendo y me siento igual. Se lo recomiendo a todas las chicas que se quieren operar del pecho porque a mí me ha ayudado a sentirme mejor y con más valor. Es algo que hice a pesar del miedo que tenía y todo ha salido genial”.